sábado, 17 de enero de 2009

Mensajeros del Miedo

Proliferan por las tertulias radiofónicas, en las columnas de los diarios impresos o en algún que otro rancio programa de televisión. Hablan de los peligros, de la maldad que acecha en las nuevas formas de comunicación nacidas al albor de la web 2.0. Llaman la atención sobre lo desprotegidos que están los más jóvenes, a merced de todo tipo de pederastas anónimos escondidos tras seudónimos aparentemente inofensivos. Asustan a legiones de padres que se han visto superados por el desarrollo de las redes sociales, y que ahora ven a sus hijos delante del ordenador como si estuviesen frente a la misma entrada del averno. Son los agoreros del lado oscuro de Internet, firmes creyentes en una religión cuya liturgia se basa en el continuo desprestigio de la red por el hecho de serlo. Porque el pecado está en el instrumento, no en las personas. O eso dicen.

Los que avalamos con nuestro nombre el desarrollo social que está significando Internet en los últimos años hemos sido enviados al rincón de los esnobs. Somos ciudadanos que hablamos un idioma que no comprenden y rechazan sin tapujos. Los profetas del desastre pronostican todo tipo de catástrofes para aquel que se adentre a participar en la conversación, mejore su calidad de vida comprando y pagando por Internet o comparta alguna vivencia personal con personas a las que no conozca físicamente. Seguramente nos avisan del mal que se extiende por la red para que nos quedemos en el mundo que ellos llaman "real" - como si Internet fuese la cuarta dimensión - para que caminemos tranquilos por las calles, esas mismas avenidas en las que no hay ninguna posibilidad de sufrir un atraco, o un atropello. Si los niños no disfrutan con su red social favorita jamás tendrán la posibilidad en encontrarse a un pederasta, porque eso no ocurrirá nunca fuera de lo virtual... ¿O sí?

Debemos defendernos contra los mensajeros del miedo que agitan la bandera del alarmismo contra todo aquello que desconocen. Nuestras únicas armas para enfrentarnos a ellos son la educación y la perseverancia. La formación en nuevas tecnologías deberá ser siempre una prioridad de nuestras administraciones públicas, para evitar que alguien escuche a esos supuestos expertos en la materia como si de verdad supiesen de lo que hablan. Tratar de apartar a los jóvenes de la red es casi tan bárbaro como no mandarlos al colegio, y angustiar a los progenitores con declaraciones sombrías, una irresponsabilidad merecedora de una columna como esta. No se dejen asustar.


Publicado en la edición impresa de Diario Palentino el sábado 17 de Enero de 2009

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿miedo a lo desconocido? no debemos extrañarnos, ha existido a lo largo de toda la Historia de la Humanidad, así como los profetas del miedo y el desastre. Afortunadamente los hemos ido superando.

Ion Antolín Llorente dijo...

Así ha sido Ana, aunque no se les puede negar su devoción por asustar a la gente poniendo como excusa cualquier avance.

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