
El concepto de mano de obra barata va camino de convertirse en ley en este país, retrocediendo un poco más en las conquistas sociales que nos permiten disfrutar de lo que en su día decidimos llamar Estado del bienestar. La cesión a las presiones del capitalismo más salvaje, ese cuyo desastre casi nos devuelve a la edad media hace menos de un año, va a terminar con la equiparación de los trabajadores españoles en materia de derechos
con los de una fábrica de aparatos electrónicos de marca en Tailandia. Es lo que tiene esto de la globalización y la desaparición de las fronteras para el movimiento de los capitales; los países más potentes exportan su manera de hacer negocios, e importan de los más pobres el sueño de acabar con las prestaciones sociales y todo lo demás, finiquitando previamente la cotización. Y el que más chifle, capador. Menos mal que tenemos ahí a Octavio Granado. Ya podríamos haber globalizado la seguridad social, o la sanidad pública, pero no. Para qué alumbrar a los necesitados con ideas que los agitarían. Lo mismo incluso les da por crear un sindicato. Quita, quita.
1 comentarios:
Hola Ion, por supuesto estoy de acuerdo contigo, y no debemos dejar que esa minoria campe a sus anchas por el mundo laboral de nuestro país.
Obligado veo cada vez más acudir a manifestacions para que sea visible nuestra opinión y por supuesto no hablo solo de manifestaciones material, sino también digitales.
El próximo 1 de Mayo veremos si la sociedad española está adormecida o no.
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