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En rojo, algunos de los estados que pueden cambiar de color y pasar a los republicanos en estas elecciones |
Mientras los candidatos del Partido Republicano se despellejan unos a
otros por la nominación, Barack Obama camina sin muchos sobresaltos
hacia la relección en la Presidencia de los Estados Unidos. No ha tenido
cuatro años placenteros. Del ‘Yes, we can’ hemos pasado al, ‘se hará lo
que se pueda’, y sólo tras haberle limpiado el forro a Bin Laden la
popularidad de Obama ha sufrido algún repunte, aunque todavía se
arrastra por debajo del 50% de aprobación según Gallup. Ayer fue uno de
esos días buenos para su administración, ya que eran más los que
aprobaban (47%) que los críticos (44%) con su gestión. En los últimos
tiempos, la mayoría de semanas no se reciben datos tan buenos en el ala
oeste. Precisa Obama mantener en su poder estados complicados, si quiere
revalidar la victoria que obtuvo sobre John McCain y la pintoresca Sarah
Palin hace cuatro años. Noviembre está a la vuelta de la esquina. Florida,
por ejemplo, dónde el demócrata Al Gore se dejó la Presidencia por 573
votos frente a George Bush hijo, con un inmenso escándalo al que sólo
puso fin el Tribunal Supremo, no sin más polémica. Obama ganó este
estado por tres puntos porcentuales de diferencia hace cuatro años, y a
día de hoy la media de sondeos le otorga una ventaja de siete puntos
sobre los republicanos.
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