Habrá que acercarse hasta el colegio electoral y cumplir con el ritual
de depositar la papeleta en la urna. Una vez más. Creo que nunca he
dejado de hacerlo desde que puedo ejercer el derecho. Porque se trata de
un derecho. No una obligación, ni un mal momento por el que no queda
más remedio que pasar. Todavía existen lugares en este planeta en los
que votar es una ilusión. Algo por lo que se lucha y muere. En nuestro
país, y en otros muchos, el coste para que dentro de tres días podamos
elegir ha sido muy importante. Un camino duro y largo. Muchos no
llegaron a ver este final, así que demos la importancia que tiene a
este acto que cada cierto tiempo cambia nuestra rutina del domingo. No
lo tomemos a la ligera.
Quizá esté usted en esa posición, extendida últimamente, que
afirma que todos son iguales. Los políticos, me refiero. Bueno, nada
menos que cuarenta y una candidaturas distintas se presentan a estas
elecciones para designar a nuestros representantes en el Parlamento
Europeo. Es una buena cifra. Si tenemos bipartidismo será porque
queremos, ya que la oferta es abundante. Por eso le animo a que busque,
compare, lea programas y propuestas de unos y otros, porque son muchos
los que aspiran legítimamente a representarnos, y puede que entre todos
haya alguna buena idea. Es más: estoy seguro de ello. Buenos cerebros se
han dejado muchas horas para plantear proyectos interesantes para esta
Europa que tanto trabajo nos cuesta enderezar. Alguno merecerá una
oportunidad de ser puesto en práctica.
Tendremos que votar el domingo porque la política se hará de
todos modos, y yo por lo menos necesito saber que nadie la hace por mí.
Puede que no ganen los míos, o que otros que me resultan simpáticos no
logren ninguna representación, pero no me acostaré a esperar el lunes
pensando que desaproveché la oportunidad. Y me gustaría hacerlo más.
Pero es complicado convencer a nadie de que se nos pida opinión más a
menudo si nos cuesta trabajo darla cada dos o tres años. No dejemos
pasar el tren. Europa es una oportunidad. Este continente ha vivido
muchos horrores y épocas oscuras como para no darnos cuenta de lo mucho
que significa la Unión para los ciudadanos. Es precisamente eso, que
cada vez sea más nuestra y menos una entelequia, lo que podemos decidir
votando. Yo votaré, y lo haré para que notemos más Europa en nuestro día
a día. Creo que eso será bueno para la mayoría. A mí me vale.
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